Tras el pasado proceso electoral en Estados Unidos es de alguna manera inevitable el surgimiento de ciertas reflexiones en torno al tema de la Democracia y el liberalismo en la concepción occidental.
Remitiéndonos en cierta medida al pasado y la historia de ese país recordaremos que su sistema político se trata de un conglomerado que en términos teóricos, políticos y un tanto románticos es el liberal por excelencia; un sistema basado en el reconocimiento de libertades individuales, de igualdad ante la ley y que confiere una enorme importancia al individuo como principal actor dentro de la actividad económica, política y social, entre otros aspectos fielmente reflejados en su Declaración de Independencia, influida como sabemos por los ideales del Siglo XVIII y la tradición liberal inglesa.
Estando o no de acuerdo ideológicamente con algunos de estos postulados y pese a todas las críticas que podemos hacerle a EU, debemos remarcar de manera precisa y objetiva la enorme influencia que estas ideas y este sistema como tal tienen dentro de la tradición política occidental, y dentro de las aspiraciones que han permeado nuestras ideas como sociedades de esta parte del mundo, es decir; dudo sobre la existencia de un país en América Latina, salvo sus debidas excepciones, que en aras de ser catalogado como "moderno" no persiga incansablemente estos ideales, no se encuentre en una búsqueda y una lucha por transitar hacia la democracia, la transparencia, el término de la dictadura, la libertad y el progreso; en resumen acercarse a esto que los occidentales hemos considerado en cierta manera ; en palabras de Sir. Winston Churchill "De todas las formas de gobierno, la menos mala".
Con el Triunfo de Barack Obama nos damos cuenta de este aspecto casi mágico que guarda la democracia, el hecho de que un mismo pueblo que en su momento fue capaz de establecer un gobierno Republicano, elegir a Bush y reelegirlo, ahora en términos vulgares "le pasa factura" al gobierno en turno y le otorga el poder a la oposición. Y todo esto como ya apuntaba Norberto Bobbio, se da sin necesidad de violencia, revolución e inestabilidad económica. En un clima de libertad y expresión de la voluntad política.
También cabe remarcar el hecho de que este juego de ascensos y descensos en el poder tiende inevitablemente al progreso, los republicanos ahora deben replantear sus posturas, reorientar su política y promover un cambio en sus filas con el fin de que los ciudadanos retomen confianza en el partido. Por otro lado los demócratas harán lo propio para mantenerse en el poder.
Es por todo esto que sería provechoso y necesario para el desarrollo de una mejor democracia en México que nuestros políticos tuvieran esta tendencia hacia el "Bien Común" y el progreso de la nación por encima del interés y ambición política personal, (evocando al discurso de Mc Cain posterior al resultado).
Sin embargo creo que esta última discusión no compete al objetivo de este ensayo, a reserva de que es sumamente interesante y potencialmente productiva.
Remitiéndonos en cierta medida al pasado y la historia de ese país recordaremos que su sistema político se trata de un conglomerado que en términos teóricos, políticos y un tanto románticos es el liberal por excelencia; un sistema basado en el reconocimiento de libertades individuales, de igualdad ante la ley y que confiere una enorme importancia al individuo como principal actor dentro de la actividad económica, política y social, entre otros aspectos fielmente reflejados en su Declaración de Independencia, influida como sabemos por los ideales del Siglo XVIII y la tradición liberal inglesa.
Estando o no de acuerdo ideológicamente con algunos de estos postulados y pese a todas las críticas que podemos hacerle a EU, debemos remarcar de manera precisa y objetiva la enorme influencia que estas ideas y este sistema como tal tienen dentro de la tradición política occidental, y dentro de las aspiraciones que han permeado nuestras ideas como sociedades de esta parte del mundo, es decir; dudo sobre la existencia de un país en América Latina, salvo sus debidas excepciones, que en aras de ser catalogado como "moderno" no persiga incansablemente estos ideales, no se encuentre en una búsqueda y una lucha por transitar hacia la democracia, la transparencia, el término de la dictadura, la libertad y el progreso; en resumen acercarse a esto que los occidentales hemos considerado en cierta manera ; en palabras de Sir. Winston Churchill "De todas las formas de gobierno, la menos mala".
Con el Triunfo de Barack Obama nos damos cuenta de este aspecto casi mágico que guarda la democracia, el hecho de que un mismo pueblo que en su momento fue capaz de establecer un gobierno Republicano, elegir a Bush y reelegirlo, ahora en términos vulgares "le pasa factura" al gobierno en turno y le otorga el poder a la oposición. Y todo esto como ya apuntaba Norberto Bobbio, se da sin necesidad de violencia, revolución e inestabilidad económica. En un clima de libertad y expresión de la voluntad política.
También cabe remarcar el hecho de que este juego de ascensos y descensos en el poder tiende inevitablemente al progreso, los republicanos ahora deben replantear sus posturas, reorientar su política y promover un cambio en sus filas con el fin de que los ciudadanos retomen confianza en el partido. Por otro lado los demócratas harán lo propio para mantenerse en el poder.
Es por todo esto que sería provechoso y necesario para el desarrollo de una mejor democracia en México que nuestros políticos tuvieran esta tendencia hacia el "Bien Común" y el progreso de la nación por encima del interés y ambición política personal, (evocando al discurso de Mc Cain posterior al resultado).
Sin embargo creo que esta última discusión no compete al objetivo de este ensayo, a reserva de que es sumamente interesante y potencialmente productiva.
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